Cuando Peter Birkholm compró su SMART Board® Pro, su intención era seguir el ritmo de la evolución de los tiempos. «Soy una persona muy visual y, desde siempre, he usado rotafolios y una enorme y vieja pizarra blanca», afirma. Ahora, quiere digitalizarse por completo.
Peter es el fundador y el director ejecutivo de Into the Zone, una consultora a las afueras de Londres, Reino Unido, especializada en el liderazgo y el desarrollo gerencial. La firma tiene un alcance mundial y, en el trascurso de sus viajes, Peter ha podido ver de primera mano la SMART Board en acción.
Quedó impresionado y, antes de decantarse por un modelo 6265S-PW, estuvo investigando más en profundidad. No se arrepiente de su elección. «Me gustó todo lo que ofrecía», comenta sobre la pantalla de 65 pulgadas. «Me gustó el hecho de que tenía una garantía de 5 años. Me gustó saber que se actualiza continuamente. Y me encantó descubrir que puedes capturar la pantalla como un archivo PDF y enviarlo a la gente o a tu teléfono, usándolo posteriormente para tomar notas de la reunión».
En los cuatro años posteriores, Peter estuvo encantado con su adquisición. “Hice todo lo que quería hacer”, afirma. Después, llegó la COVID-19, y Peter se dio cuenta de que su SMART Board no ofrecía todo lo que necesitaba.
No solo una pizarra blanca digital
Al igual que otras empresas de todo el mundo, Into the Zone se pasó al mundo en línea cuando golpeó la pandemia. Antes de la COVID-19, las sesiones presenciales representaban el 95 % de su actividad, por lo que el teletrabajo suponía todo un reto.
Peter probó algunas formas nuevas de emular las reuniones presenciales en un mundo virtual. La solución que encontró fue colocar su ordenador portátil sobre una caja encima de una mesa y dirigir la cámara integrada a su SMART Board. De esta forma, los clientes podían ver la pantalla durante las videoconferencias. Aunque funcionó, era una solución incómoda. Pronto, Peter se preguntó si había una mejor forma.
Resultó que estaba colgada en la pared de su oficina. «No tenía ni idea de la funcionalidad básica de estas pizarras», afirma. «De pronto, me di cuenta de que se podía hacer mucho más de lo que pensaba».
El momento sorpresa
Peter quería que la gente pudiera verlo tanto a él como su SMART Board simultáneamente. Se puso en contacto con su representante de SMART y programó un tutorial. Aprendió a vincular una cámara web y su ordenador portátil a la SMART Board. “Quedé realmente asombrado, y no suelo sorprenderme tan a menudo”, recuerda.
Ahora, los clientes de Peter pueden verlo a él y la pantalla. Y, lo que es mejor, pueden cambiar entre dos vistas. Pueden centrarse en Peter cuando habla y en la SMART Board cuando ilustra un concepto.
Peter afirma que su SMART Board «ha transformado por completo mi capacidad para formar grupos de personas», pero donde realmente sobresale es en la formación particular. «Cuando instruyes a las personas sobre un tema, debes darle realismo», explica. «En realidad, te encuentras en un escenario, en cierto modo, y la SMART Board es una brillante mecánica escénica».
Todo ello contribuyó a un sorprendente desarrollo: durante la pandemia, Peter vio aumentar sus reuniones personales. Considera que parte de este aumento se debe a su SMART Board. «Ha sido un punto de inflexión para mí».